TERCERA TEMPORADA


PRIMER CAPÍTULO


Leoncio Prado en Huamachuco, el 15 de julio de 1883
“Si sano y me ponen en libertad y hay que pelear nuevamente lo haré porque ese es mi deber de soldado y de peruano.”

Hola. Te saluda Luis Enrique Cam

A pesar de tener solo treinta años de edad cuando murió, la intensa y heroica vida de Leoncio Prado ha inspirado a muchas generaciones de jóvenes en el Perú.

Hijo del dos veces presidente de la república, Mariano Ignacio Prado y de María Avelina Gutiérrez inició la carrera de las armas a una edad muy temprana...

Oficial: - Siguiente.

Leoncio: - Buenos días señor.

Oficial: - Documentos.

Leoncio: - Aquí tiene señor.

Oficial: - Nombre.

Leoncio: - Leoncio Prado Gutiérrez

Oficial: - Lugar de nacimiento.

Leoncio: - Huánuco.

Oficial: - Fecha.

Leoncio: - 24 de agosto de 1853

Oficial: - ¿53?

Leoncio: - Sí señor. Estudio en el colegio Nuestra Señora de Guadalupe.

Oficial: - ¡Pícaro! Tienes solo 12 años.

Leoncio: - Correcto señor, soy cabo del regimiento Lanceros de la Unión y fui parte de la dotación de la fragata “Amazonas”.

Oficial: - Más que apoyo serás un lastre muchacho. Necesitamos hombres en los buques, no hijos de papá.

Leoncio: - Ningún hijo de papá, señor. He sido reconocido como guardiamarina. Aquí tiene mi despacho.

Oficial: - Lo siento muchacho. Regresa a tu colegio.

Leoncio: - Señor, con todo respeto me sorprende su ignorancia.

Oficial: - ¿Cómo te atreves imberbe?

Leoncio: - Señor ¿Sabe a qué edad se embarcó por primera vez en un buque de guerra Horacio Nelson, gran almirante, héroe de Trafalgar e hijo predilecto de Gran Bretaña?

Oficial: - Mmm Pues, la verdad, no.

Leoncio: - A los 12 años de edad.

Oficial: - ¡oh!

Leoncio: - ¿Sabe a qué edad empezó a navegar el gran Cristóbal Colón, descubridor de estas tierras americanas?

Oficial: - Pues, la verdad que no…

Leoncio: - A los 12 años de edad.

Oficial: - Bueno…

Leoncio: - ¿Sabe a qué edad…?

Oficial: - Está bien. Mira muchacho tengo órdenes de enlistar solo con 15 cumplidos, pero veo que tienes determinación y coraje. Eso es lo que necesitamos abordo para doblegar a los españoles en el sur. Cuando te pregunten tu edad, ya sabes qué edad tienes a partir de ahora...

Leoncio: - Comprendido señor.

Oficial: - Siguiente.

El joven Leoncio Prado partió en la escuadra peruana que navegó a Chile para enfrentar a los buques españoles...

Marinero: - ¡Leoncio los cartuchos!

Leoncio: - Los llevo a la cubierta. - ¡Ahhh!

Herido en el Combate de Abtao del 7 de febrero de 1866, Leoncio Prado retornó a Lima para recuperarse.

En el combate del 2 de mayo del Callao estuvo a bordo del vapor Tumbes.

Luego del triunfo definitivo contra la escuadra española, Leoncio Prado ingresó a la Escuela Militar y Naval.

A los 16 años, fue agregado a la expedición que exploró las grandes vías navegables de la Amazonía bajo el comando del marino norteamericano John Tucker.

Oficial: - Alférez Prado.

Leoncio: - ¡Presente!

Oficial: - El gobierno lo envía a Estados Unidos para que estudie.

Leoncio: - Gracias señor. Es una gran oportunidad para estudiar ingeniería.

Oficial: - Irá a la universidad de Richmond en Virginia. Apenas culmine sus estudios retornará al país.

Leoncio: - Comprendido señor.

Sin embargo, Leoncio Prado, cautivado por la libertad de Cuba, se embarcó desde Estados Unidos hacia la isla para luchar en la llamada guerra de los diez años.

Por sus acciones de armas en trincheras, marchas y cabalgatas, mereció el grado de coronel.

En una misión secreta viajo hacia Kingston, Jamaica, en el navío español Moctezuma. Al mando de diez hombres, capturó por asalto la nave mercante en plena travesía e izó la bandera cubana rumbo hacia Haití para desembarcar a los pasajeros.

La reacción española no se hizo esperar. Perseguido el Moctezuma por tres navíos, Leoncio Prado se vio obligado a incendiar la nave antes que el enemigo logre recapturarla.

Marinero: - ¡Humos enemigos!

Marinero 1: Tenemos frente las costas de Nicaragua.

Leoncio: - ¡Quemen la embarcación!

Marinero: - Comprendido mi coronel.

Leoncio: - Llegaremos a nado hasta la orilla.

Marinero: - ¡Al agua!

Leoncio: - Rápido. Nos internaremos en la selva.

Después de atravesar tierras hostiles, los revolucionarios fueron acogidos en territorio de Honduras.

Con la capitulación de los patriotas cubanos en el pacto del Zanjón, el ideal independentista de Leoncio Prado no declinó.

Presentador: - Tiene la palabra el compañero peruano Leoncio Prado.

Leoncio: - Gracias compañero. Ciudadanos de Cuba: La historia nos juzgará si renunciamos a nuestra noble lucha. La libertad de la última colonia española en América y la abolición de la esclavitud.

Público: - ¡¡Bravo!!

Su espíritu inquieto lo llevó a embarcarse desde Nueva York en una expedición por la independencia de Filipinas. Sin embargo, la nave naufragó en el lejano oriente. Auxiliado por otros marineros fue desembarcado en China donde tuvo que cambiar de identidad para no ser descubierto por los agentes españoles. Recorrió los mares del sudeste asiático pasando por la India, Arabia, Egipto, Palestina, Rusia, Italia, Bélgica, para retornar nuevamente a Nueva York en 1878 y continuar la propaganda a favor de la libertad de Cuba.

El 5 de abril de 1879 el gobierno de Chile le declaró la guerra al Perú.

Leoncio Prado recibió el encargo de su padre, que era en ese momento el presidente, de adquirir material bélico en Estados Unidos.

Después de unos meses de negociaciones logró embarcar numeroso armamento rumbo al Callao.

De regreso al Perú, Leoncio Prado participó en las brigadas torpedistas en Arica y en la batalla del Alto de la Alianza. Al mando del batallón “Guerrilleros de Vanguardia” se batió hasta que no le quedó una sola bala cubriendo la retirada del ejército peruano-boliviano. Hecho prisionero en Tarata, fue llevado al pueblo de San Bernardo en Chile.

Oficial: - Prado le daremos la libertad bajo la promesa de no volverse a enrolar en el ejército. Firme aquí.

Ya en Lima, Leoncio Prado se dirigió a Huánuco y Cerro de Pasco donde reunió voluntarios para la formación de guerrillas.

Leoncio: - "¡Hermanos de mi alma, hijos de mi pueblo! Sabed que las balas del enemigo no matan y que morir por la patria es vivir en la inmortalidad de la gloria."

Bajo el mando de Andrés Cáceres se unió al ejército de la Breña y fue destinado como jefe del Estado Mayor de la Primera división. Con este rango combatió en la cruenta batalla de Huamachuco. Una granada le destrozó la rodilla izquierda.

Leoncio: - Mi Caballo, Mi caballo.

Capitán: - ¡Saquen al coronel Prado del campo de batalla!

Sargento: - Comprendido mi Capitán.

Soldado: - ¡Municiones! ¡Municiones!

Dos días más tarde, oculto en una choza, con la pierna gangrenada, el coronel Leoncio Prado fue descubierto por una patrulla chilena y conducido a Huamachuco.

Fuenzalida: - Coronel Prado buenas tardes.

Leoncio: - Mayor Fuenzalida, aquí me tiene hecho prisionero nuevamente.

Fuenzalida: - Usted prometió no empuñar nuevamente las armas contra Chile.

Leoncio: - Mayor Fuenzalida, la guerra de invasión y conquista que hace Chile justifica mi proceder en defensa de mi Patria.

Fuenzalida: - Compañero, pero usted dio su palabra.

Leoncio: - Yo la di cuando fui prisionero en junio de 1880 en Tarata y me he batido después muchas veces; defiendo al Perú y soporto sencillamente las consecuencias. Ustedes en mi lugar, con el enemigo en la casa, harían otro tanto.

Fuenzalida: - Compañero Prado usted tiene la pierna destrozada.

Leoncio: - Si sano y me ponen en libertad y hay que pelear nuevamente lo haré porque ese es mi deber de soldado y de peruano.

Benavente: - ¿Qué haremos mi mayor Fuenzalida?

Fuenzalida: - El coronel Prado es un buen soldado capitán Benavente. Además, es muy ilustrado, habla el inglés y el francés tan bien como el español. Pero no nos queda otra alternativa.

Fuenzalida: - Coronel Prado. Si no cambia de opinión será condenado a la pena de fusilamiento.

Leoncio: - La acepto, pero tengo derecho a morir en la plaza con los honores militares por mi rango y porque pertenezco al ejército regular del Perú.

Fuenzalida: - Por su condición física eso no será posible.

Benavente: - Que entren los fusileros.

Leoncio: - ¿Solo dos? Pido que sean dos fusileros más para recibir dos tiros en la cabeza y dos en el corazón.

Fuenzalida: - Solicitud concedida. Que entren dos fusileros más.

Benavente: - Dos fusileros más.

Leoncio: - Soldados, hagan fuego después que dé tres golpes con la cuchara en este tazón de lata.

Fuenzalida: - Se hará como solicita coronel Prado.

Leoncio: - Adiós compañeros.

Las fuentes historiográficas que narran la estoica muerte de Leoncio Prado son íntegramente chilenas. Como muestra de su admiración al jefe peruano no se ocultaron los detalles de su amor al Perú y de su indomable voluntad. Los restos del valiente oficial, descansan en la Cripta de los Héroes del Cementerio Presbítero Maestro. El Ejército peruano lo nombró como patrono del servicio de Material de Guerra.

En 1943, con una selecta plana docente, se fundó en el Callao el emblemático colegio militar “Leoncio Prado”, primera institución educativa de su clase y alma mater de destacadas personalidades del país.

Soy Luis Enrique Cam y esto fue Dicho en el Perú. Escucha otros episodios en www.dichoenelperu.pe o síguenos en Spotify o en nuestro canal de Youtube.

“Si sano y me ponen en libertad y hay que pelear nuevamente lo haré porque ese es mi deber de soldado y de peruano.”


FIN


Dirección y guion:

Luis Enrique Cam

Interpretación:

Cristóbal Paz

Oswaldo Álvarez

Juan Carlos Oganes

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